Con el aumento de la demanda mundial de energía y la búsqueda de nuevas fuentes más abundantes y menos impactantes, un nuevo tipo de yacimiento de hidrocarburos ha empezado a ganar atención e inversiones: los yacimientos no convencionales. Para explotar este tipo de yacimientos se utilizan nuevas técnicas, como la fracturación hidráulica. Sin embargo, al mismo tiempo que permite la explotación de nuevas y enormes reservas de gas natural, la fracturación hidráulica también es objeto de controversias y acusaciones medioambientales. Los ecologistas señalan una serie de riesgos e impactos provocados por el uso de la técnica, el más común de los cuales es la intercomunicación de zonas productoras de hidrocarburos con acuíferos de agua potable. Mediante la construcción y utilización de un simulador, este trabajo pretende validar los riesgos e impactos señalados por los ecologistas, en particular la ocurrencia de intercomunicación causada por las fracturas artificiales creadas.